¿Sabes cómo funcionan los pensamientos? ¿Sabes cómo influyen en tu cuerpo? ¿Te has preguntado alguna vez si aquello que piensas puede influirte en alguna parte del cuerpo?
¿Te ha pasado alguna vez que te encuentras mal, te duele la cabeza o cualquier otra parte de tu cuerpo, y cuanto más te centras en lo que te pasa, más te duele, parece que sube la intensidad del dolor sin quererlo en cuando centras la atención ahí.
¿Y te ha pasado que tienes algún dolor o algún malestar y te has ido a ver una película de risa y se te ha pasado?
Estamos formados por agua
Nuestro cuerpo está formado por agua en un 70%. Nuestra forma de vida está basada en el agua. Estamos rodeados de agua por todas partes, nuestro planeta en su superficie también tiene un 70% de agua. Existe agua en ríos, nubes, corrientes subterráneas, lagos, pantanos, hielo en los polos y nieve en las altas montañas.
Todos los minerales en estado sólido están formados por cristales que tienen diferentes formas dependiendo del mineral del que se trate. En el caso del agua, esta forma cristales al transformar su estado de sólido en líquido, cuando se descongela.
Un investigador japonés llamado Dr. Masaru Emoto, se empezó a preguntar si el agua tiene memoria, si graba diferentes acontecimientos o diferentes vibraciones.
Todos los cuerpos vibran
Todo vibra, todos los cuerpos tienen una vibración. Un diapasón cuando lo tocas vibra, hasta que lo tocas y deja de vibrar. Seguramente has tenido en tus manos una campanita de esas pequeñas, y si la tocas vibra hasta que la tocas.
Tal como los cuerpos vibran, las palabras también tienen una vibración determinada, depende de la palabra que sea tiene una vibración más alta o más baja. Igual que las personas, nosotros vibramos dependiendo de nuestro estado de ánimo. Si estamos tristes nuestra vibración es baja, en cambio si estamos alegres nuestra vibración es alta.
¿Qué te pasa en el cuerpo cuando estás enamorada? Todo es alegría, el mundo es maravilloso, todo te sale bien, todo el mundo te sonríe, te encuentras con personas alegres ¡¡todo es fácil!!
¿Qué hizo el Dr. Masaru Emoto?
El Dr. Masaru Emoto empezó a investigar y encontró el modo de observar los cristales que se forman en el agua cuando se está descongelando.
El agua constantemente está en movimiento, sus moléculas se van uniendo y separando, de forma que así puede fluir, moverse.
Analizó en su laboratorio muestras de agua de diferente procedencia debajo de un microscopio. Empezó por recoger agua del grifo de grandes ciudades a lo largo del mundo, y también de montañas y manantiales, de ríos. Y observó que había diferencias entre los cristales que formaba el agua. El agua del grifo de las ciudades en general no formaba cristales, sin embargo, el agua de manantiales de montaña y el agua de ríos formaba bellos cristales.
Pensó que podía ir un poco más allá. ¿Qué pasaría si se exponía al agua a diferentes melodías musicales? Y así lo hizo con música como la Novena Sinfonia de Beethoven, la Pequeña Serenata Nocturna de Mozart o la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorak, todas formaban unos cristales exagonales muy bellos, expectaculares.
Así mismo también expuso el agua a música Heavy Metal, aunque el aspecto del agua expuesta a este tipo de música no formó cristales.
Más tarde realizó experimentos escribiendo palabras “positivas” como amor y gratitud y palabras “negativas” como odio, guerra… el resultado fue que los cristales formados por el agua expuesta a palabras positivas tenían una gran belleza. Sin embargo la expuesta a palabras negativas no formaba cristales.
Y también hizo experimentos con agua expuesta a pensamientos positivos y negativos. Colocaba una botella de agua en medio de un círculo de personas que le enviaban al agua unos determinados pensamientos o palabras “positivos” como Gratitud; o “negativos”, como guerra u odio. Los resultados fueron idénticos. El agua expuesta a pensamientos positivos formaba unos cristales preciosos. La de los pensamientos negativos simplemente no los formaba.
El agua expuesta a pensamientos positivos formaba cristales bellísimos
Más tarde el Dr. Emoto realizó experimentos con arroz. Ponía arroz cocido en dos botes, y en ellos colocaba palabras positivas (felicidad, gratitud..) o negativas (odio, tristeza, guerra…) y luego a esos mismos recipientes se les decían de viva voz las correspondientes palabras. El resultado fue espectacular. El arroz expuesto a palabras positivas después de un tiempo seguía en perfecto estado y conservando un aroma excelente, sin embargo el expuesto a palabras negativas se pudria.
Yo reproduje el experimento en casa. Cocí arroz normal y corriente del que utilizo normalmente en la cocina. Lo dividí y lo puse en dos fiambreras completamente iguales con las etiquetas de palabras positivas (alegría, confianza, gratitud, amor…) y negativas (guerra, te odio, ira, rabia, frustración…). Y coloqué ambas fiambreras en un lugar de la nevera en el que recibían frio por igual.
Cada día sacaba las fiambreras de la nevera y leia a cada una la etiqueta que tenían puesta, procurando no reflejar emociones.
Los primeros días no había diferencias entre el arroz de las dos fiambreras. Sin embargo al cabo de cuatro o cinco días abrí la fiambrera que tenia colocada la etiqueta de palabras negativas y el arroz empezaba ya a ponerse como rosado y a oler de forma desagradable. En cambio cuando abrí la que tenía las palabras positivas… ¡¡olía a jazmín!! Y yo no había utilizado ningún arroz especial, y era el mismo arroz que la otra fiambrera ¡Me quedé impresionada!
Seguí unos días más con el experimento hasta que vi que el arroz de las palabras negativas se pudría y el de las palabras positivas seguía en muy buen estado, oliendo a flores.
¡Ya había comprobado por mi misma que aquello era cierto!
¡Aquí tienes el video donde te lo explico!
Si esto pasa con el agua, si esto pasa con el arroz… ¿Qué puede pasar en tu cuerpo?
Recapitulando toda la información:
- Las personas estructuramos nuestros pensamientos con palabras
- Las palabras tienen su vibración y tienen su efecto sobre el agua
- El agua tiene memoria y guarda la información de la vibración
- Si el 70% de nuestro organismo es agua
¿Cómo afectarán entonces tus pensamientos en tu agua y en tu cuerpo?
Te aconsejo que vigiles lo que piensas y como lo piensas.
Y no consiste en pelearte con tus propios pensamientos como diciendo: “no tengo que pensar esto”, ya que así solo obtendrás lucha, y eso desgasta y requiere mucha energía.
Te propongo que si te vienen a la mente pensamientos que te hagan sentir mal, los desvíes. Piensa en otra cosa, te será mucho más sencillo.
Espero y deseo que este artículo te haya ayudado.
Muchas gracias por verme y por leerme.
Un abrazo!
Amalia
P.D.: aquí te dejo el vídeo de la investigación del Dr. Masaru Emoto